La importancia de redactar correctamente

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Mariana Gleiser - Directora de Estudios

Profesora de inglés con más de treinta años de experiencia en la enseñanza del inglés como segunda lengua. Especializada en formación en inglés para adultos.

La modalidad de comunicación actual hace que (quien más, quien menos) todos recurramos cada vez más a la vía escrita para comunicarnos. Los correos electrónicos son el ejemplo más común: ¿con cuántas personas nos escribimos frecuentemente  sin jamás habernos conocido ni a veces siquiera hablado por teléfono?

Sin embargo, es cada vez más frecuente leer todo tipo de textos que no llegan a un nivel de redacción aceptable. Con esto no solo queremos decir que tienen faltas de ortografía, gramática y puntuación,  sino también que dejan mucho que desear en cuanto a coherencia y organización de los contenidos.

Desde Idixlingua, especialistas en cursos de idiomas para empresas, os queremos compartir algunas reflexiones acerca de la impotancia de redactar correctamente y algunos consejos para mejorar la redacción de textos.

¿Por qué es importante escribir bien?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que lo que escribimos es nuestra carta de presentación, sobre todo si alguien no nos conoce y solo tiene nuestra producción escrita para hacerse una idea de nosotros. Si escribimos de modo confuso, sin fijarnos en la coherencia del texto (aun y cuando sea un simple correo de tres líneas) y sin habernos molestado en corregir las faltas, no solo probablemente no lograremos transmitir claramente el mensaje que deseamos, sino que  daremos la impresión de ser una persona con ideas poco claras y no muy cuidadosa en su trabajo.  Del mismo modo, una empresa que presenta sus productos con un texto mal hecho en sus folletos o con textos mal redactados en su página web seguramente generará una primera impresión bastante negativa, lo que no contribuirá en nada a vender sus productos ni a transmitir sus ideas.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el objetivo de un texto es comunicar algo del modo más claro posible. Las normas establecidas, aunque a veces parezcan difíciles, arbitrarias o innecesarias, están para contribuir a que nos entendamos entre todos. Todos conocemos ejemplos de comas que pueden cambiar el sentido de una frase: algo tan común como un texto mal puntuado, por ejemplo, puede dar lugar a equívocos de magnitud considerable.

¿Por qué hay tantos textos mal escritos?

De modo inexplicable, muchas veces se piensa que los textos son simples accesorios del diseño y de la imagen, por lo cual quien redacta no lo hace con el mismo cuidado. Si se dedicase el mismo esfuerzo a obtener una buena calidad en ambos aspectos, seguramente los textos serían mucho mejores.

Por otra parte, hay una idea muy difundida de que cualquiera que sepa un idioma puede escribirlo. Esto es verdad hasta un punto, pero no implica necesariamente que se pueda escribir con la calidad requerida para todas las ocasiones. Del mismo modo en que conocer las formas y los colores no nos hace buenos diseñadores, hablar un idioma no nos  hace buenos escritores.  Esto es más patente aun en el caso de lenguas no maternas: muchas personas piensan que, por tener un dominio de una segunda lengua, están capacitadas para redactar bien en otros idiomas (e incluso para traducir). Se olvida, a menudo, que el nivel de expresión escrita es normalmente más bajo que el de expresión oral, tanto en la lengua propia como en otras lenguas.

¿Cómo mejorar la calidad de los textos?

Primero y principal, recordemos que no cualquiera puede redactar un buen texto, así como no cualquiera puede hacer un buen diseño de una página web, por ejemplo. Redactar un texto profesional debería ser una tarea a cargo de alguien que sepa hacerlo bien. Sin llegar a ser especialistas, muchas personas tienen entrenamiento y conocimientos suficientes como para escribir un texto correcto. Eso sí, sería bueno hacer revisar los textos por un corrector, sobre todo si se trata de textos institucionales, publicitarios, etc.

Luego, para los textos más “caseros”, como los correos electrónicos, sería bueno tener una disciplina de autocorrección: ¿qué tal revisar los textos una vez escritos y, en caso de dudas, recurrir a fuentes de referencia (diccionarios, manuales de normativa…)? Esto no solo mejorará la calidad de ese texto en particular sino que –poco a poco- contribuirá a mejorar el nivel general de nuestra redacción. Aquí os sugerimos algunos enlaces.

Por supuesto, para quienes necesiten escribir textos de modo más profesional o quieran perfeccionar sus habilidades de redacción más rápidamente, hacer un curso de redacción general o uno orientado específicamente al tipo de textos que necesiten redactar (por ejemplo,  un curso de redacción de emails) puede ser una buena idea.

Para terminar…

No hay por qué sentirse mal por no saber redactar correctamente. Como ocurre con cualquier habilidad, hay quienes tienen mayor facilidad que otros, y hay muchas maneras de mejorar, con estudio, práctica y capacidad de autocrítica. ¡Solo hay que tener interés y buena disposición!